La fatiga ¿amiga o enemiga?
A tod@s nos da miedo la palabra que da titulo a este articulo, ya que muchas veces nos sentimos “fatigados” y que nos cuesta entrenar o incluso en el día a día de la vida diaria. Pero la pregunta que me hago y nos hacemos: ¿qué es la fatiga? ¿qué tipos hay? ¿cuándo aparece cada una de ellas? ¿todo es tan malo o tiene algún punto de vista positivo?
Vamos a desvelar esto y otras informaciones en este articulo, clasificando y caracterizando un poco cada tipo de situación.
Primero de todo debemos decir que dentro del concepto de fatiga deportiva se engloban muchos fenómenos, de los cuales la mayoría vienen del mundo de la fisiología del ejercicio.
La podemos clasificar en función el tiempo de aparición y el lugar de aparición, donde hay que tener en cuenta que la fatiga es un fenómeno continuo en que no existe un corte exacto. Con esto la podemos clasificar en tres grandes grupos:
- Aguda.
- Subaguda.
- Crónica.
La primera de ellas es la fatiga aguda que normalmente aparece después de un entrenamiento o competición, produciendo una reducción del rendimiento del deportista o parada del ejercicio con efecto inmediato. Esta fatiga puede afectar a un grupo concreto de músculos con lo que podemos decir que se trata de una fatiga local. De lo contrario, cuando afecta a un gran grupo de músculos podemos decir que es global.
La parte positiva del cansancio o fatiga se encuentra con la fatiga aguda ya que es necesaria para poder dar efecto al fenómeno de la supercompensación o compensación, elemento imprescindible en el proceso de entrenamiento de cualquier deporte y que nos ayuda a mejorar la condición física de nuestros deportistas. Su regeneración es en cuestión de horas o días.
La fatiga subaguda es la que se caracteriza por varios microciclos de entrenamiento relativamente intensos con pocas horas de regeneración. Esto se produce muchas veces porque el deportista realiza ciclos de entrenamiento de intensidad o volumen más alto al que esta acostumbrado.
Este tipo de fatiga también es necesaria para estimular la adaptación y supercompensación del deportista y si se controla no debe haber problema para el rendimiento de este. La restauración de esta es en cuestión de una semana a varias, en función de la carga de entrenamiento que haya soportado el deportista.
La fatiga crónica o síndrome de sobreentrenamiento (SSE) aparecerá en el deportista cuando se desequilibra el ciclo de entrenamiento – competición y recuperación, provocando un cuadro de fatiga y reduciendo de forma progresiva el rendimiento del atleta. Es una fatiga de tipo global donde no se ve implicado un solo grupo muscular si no que afecta a todo el cuerpo.
Este tipo de fatiga se diferencia de las otras por la gravedad y la duración de los síntomas que le acompañan, sobretodo en el tiempo necesario de recuperación.
Podemos decir que su regeneración es de varios meses en algunos casos.
Será el ultimo escalón, patológico, de los procesos adaptativos que cursa con una serie de síntomas y signos, que afectan al organismo entero.
Dada la importancia a nivel de nuestra salud, voy a resaltar un poco las causas de esta fatiga, siempre diferenciando des de un enfoque médico, dividiendo las causas en fisiológicas o patológicas (Derman y col. 1997).
Fatiga fisiológica – causas:
- Inducida por el exceso de entrenamiento y/o competición.
- Nutricional.
- Sueño y descanso insuficiente.
- Viajes largos.
- Embarazo.
Fatiga patológica – causas:
- Infecciones víricas, como bacterianas o parasitarias.
- Alteraciones hematológicas: falta de hierro, anemia…
- Neoplasias.
- Patología cardiorrespiratoria.
- Patología neuromuscular.
- Patología endocrina y metabólica.
- Fatiga inducida por el uso de medicamentos.
- Síntomas de malabsorción, alergías.
Viendo estos listados de causas, podremos decir que la fatiga fisiológica básicamente viene dada por el entrenamiento y una mala adaptación a este o exceso de carga. Seria un entrenamiento inadecuado por parte del atleta y su planificación deportiva junto con una serie de deficiencias que no ayudan a la asimilación de la carga.
Por otro lado, la fatiga patológica será aquella que aparece sin ser causada por un entrenamiento excesivo o inadecuado. Viene dada por causas médicas donde el deportista muestra una serie de síntomas que se pueden valorar mediante test fisiológicos submáximos o máximos, analítica de sangre, test psicológicos simples (OMS) o diarios de entrenamiento donde se monitorizan una serie de datos que nos pueden mostrar varios síntomas, entre los más controlados:
- Frecuencia cardíaca al despertarse.
- Horas y calidad del sueño.
- Percepción de recuperación.
- Peso.
- Estado de ánimo.
- Intensidad, volumen y densidad del entrenamiento.
- Percepción subjetiva de fatiga.
- Percepción de otros síntomas: pesadez muscular, picor de garganta, tos, nauseas, vómitos, diarrea
Con estas variables podemos intuir el estado real del deportista y podemos concretar más sobre la recuperación post entreno o después de microciclos de carga. Es una herramienta de control que nos resulta importante a los entrenadores.
A modo de conclusión podemos decir que la fatiga es necesaria para la adaptación en el entrenamiento pero no en exceso, ya que si nos pasamos nos puede resultar perjudicial y llevarnos periodos largos o muy largos de recuperación para nuestro organismo o incluso con efectos irreversibles en algunos casos.
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