estres termico por calor

Estrés térmico por calor

Entrenar o competir en calor puede provocar descensos significativos en el rendimiento de cualquier deportista. En algunos casos, del 6 al 16%. Pero, siendo una respuesta individual ante la calor, ¿por qué pasa esto? A continuación, mostramos algunas causas:

  • Deshidratación y mayor pérdida de sales y minerales a través de la sudoración.
  • Disminuye el volumen sisólico y aumenta la frecuencia cardiaca.
  • Aumenta la temperatura corporal.
  • Aumenta la utilización de glucógeno como sustrato energético.
  • Problemas estomacales.
  • Aumenta la sensación de esfuerzo que viene provocado por el disconfort térmico.

Uno de los principales síntomas de que el calor está afectando en nuestro rendimiento es que aparece la deriva cardíaca. Esto es un aumento de la frecuencia cardíaca (FC) y un descenso del volumen sistólico (cantidad de sangre que nuestro corazón bombea en cada latido),  que viene dado por una pérdida del volumen plasmático (volumen total de sangre)  a través de la sudoración. Esta se producirá para intentar refrigerar y mantener nuestra temperatura corporal, evitando superar ciertas temperaturas. Así, nuestro cuerpo evita situaciones más graves para nuestra salud, como puede ser el golpe de calor que, en algunos casos, puede causar la muerte.

Toda esta deriva, y los mecanismos que se activan para evitar el estrés por calor, vienen producidos por nuestro sistema nervioso. Frenará nuestro rendimiento cuando nuestra temperatura corporal alcance temperaturas muy elevadas que puedan generar daño a nuestro organismo.

Cabe destacar que la temperatura máxima que nuestro organismo es capaz de tolerar sería en torno a los 40º en deportistas de resistencia entrenados.

Aun así, evitar llegar a estas temperaturas nos puede ayudar a prevenir un mayor gasto energético, ya que trabajaremos a menor FC. Diferentes estudios muestran que cuanto más tarde nuestro cuerpo a llegar a temperaturas altas, o directamente no llegue, el lactato sanguíneo también será más bajo. En los casos que esta temperatura no sea tan elevada respecto a otros sujetos en la misma prueba. Pero, en este caso, vendrá más ligado al grado de deshidratación que tenga el deportista.

Por lo tanto, podría ser interesante que, de entrada, el deportista inicie la competición con la menor temperatura posible. Utilizando estrategias de enfriamiento, como pueden ser utilizar prendas refrigeradas como chalecos con hielo, inmersiones en agua fría o beber líquido en temperaturas muy bajas (Arngrïmsson et al 2004).

Por último, también debemos tener en cuenta que para soportar el estrés térmico producido por el calor, deberemos utilizar estrategias nutricionales que nos permitan reponer electrolitos. Puede ser el sodio, por lo que conviene realizar ingestas de bebidas isotónicas, ya que muchas de ellas aportan concentraciones adecuadas de electrolitos e hidratos de carbono.